Infectas o afectas.

La energía es contagiosa: puedes afectar o infectar a otros.

-T. Harv Eker

¿Te has dado cuenta como aquellas personas que se encuentran a tu alrededor tienen un efecto importante sobre ti? Si las personas que se encuentran a tu alrededor tienen una energía positiva, entonces te transmiten o te contagian esa energía positiva. Si te hablan en positivo, te hacen sentir bien.

Pero también ocurre todo lo contrario cuando una persona transmite energía negativa. ¿Has estado alguna vez al lado de una persona que se pasa el día quejándose por todo, una persona a la que todo le parece mal? ¿No es horrible? Cuando me encuentro ante una de estas personas, tengo ganas de mirarle a la cara y gritarle ¡CÁLLATE YA! ¿Sabes por qué? Porque me está “infectando” y me está transmitiendo toda esa negatividad, toda esa energía negativa, esa forma de ver el mundo y yo no quiero ver mi mundo de esa forma.

Yo quiero poder interpretar el mundo de forma positiva. Todo tiene su lado bueno y su lado malo y yo prefiero quedarme con las cosas buenas que tiene cada cosa que veo. Es mi elección…. Y, si tengo gente negativa a mi alrededor, que se queja por todo, me muestra y me empuja hacia un mundo que no quiero que sea el mío. Por eso no quiero escucharlas.

¿Qué tipo de persona eres tú y qué tipo de energía transmites a tu alrededor? ¿Infectas a la gente con tus pensamientos negativos o les inspiras con tu forma de ver la vida?

Si eres de los que infectas a los que te rodean con tus pensamientos, haz el propósito de cambiar. Por un lado, porque estarás transmitiendo energía positiva a tu alrededor y, sobre todo, porque serás mucho más positivo y por lo tanto SERÁS MUCHO MÁS FELIZ.

Y si no estás convencido de que la actitud es contagiosa, mira este divertido vídeo y me comentas:

https://www.youtube.com/watch?v=Q1qiL7u5Vtk

¿Y tú?¿Sabes lo que quieres?

«Tienes que desplazarte mejor para estar bien situado». Esas fueron las palabras que le dijo la entrenadora de tenis cuando mi hijo se disponía a recibir una bola alta. Luego le explicó cómo debía haberse desplazado.

 

Pensé en cómo aplicar ese consejo a mi vida y puedo concluir que si no estoy en el sitio adecuado, nunca podré dar mi mejor golpe. Sin embargo, si estoy en el sitio adecuado puede ser que no logre dar la talla, pero por lo menos estaré allí buscando la oportunidad de acertar, de avanzar, de mejorar, de crecer, de tener éxito.

¿Y tú? ¿Sabes lo que quieres? ¿Lo estás buscando activamente o estás esperando que te llegue a ti, sin esfuerzo? ¿Estás en el sitio adecuado para ir tras tus objetivos? Si no estás, pregúntate qué puedes hacer hoy para desplazarte hacia dónde quieres estar.

Sí sabes lo que quieres y estás en el camino, pero te abruman las dudas o te falta confianza, sigue adelante, busca ese sitio, ese lugar donde tu destino te encontrará.

A veces caigo en la trampa de pensar «¿Qué es lo que estoy haciendo mal?» cuando algo no sale como deseaba. He aprendido que pensar así no me ayuda y he decidido reemplazar ese pensamiento con esta pregunta «¿Qué es lo que he hecho y hago bien y qué más me falta por hacer?

Anímate, todos los pasos que tomas hacia tus objetivos son éxitos y con cada paso estás más cerca de conseguir algo mayor y mejor.

Se fiel a ti mismo, ve a por lo que quieres y, sobre todo, disfruta el viaje y el camino.

Identificar el paso siguiente es lo que urge, encuéntralo y ve a por él. Desplázate hacia él y da tu mejor golpe, el responsable de estar allí, en el lugar adecuado, eres tú.

PROTESTO.

¿Alguna vez te has encontrado protestando por algo que no te gusta, para luego descubrir en ti ese mismo comportamiento?

¿Buscas ayuda para una necesidad que tienes, una ayuda que piensas que te mereces; una ayuda que, sin embargo, tú no estarías dispuesto a dar?

¿Te pones impaciente cuando tú has llegado puntual a una cita y la persona con quien has quedado llega tarde; sin considerar cuántas veces tú has llegado tarde a una cita o a una reunión, esperando la comprensión de los demás?

¿Te fastidia cuando otros te interrumpen cuando tú estás hablando; pero tú también haces lo mismo, aunque sea sin darte cuenta, cuando te emocionas con la conversación?

¿Te gusta ser el más gracioso del grupo y te encanta contar chistes o anécdotas; pero cuando otro lo hace, piensas que es un pesado y deseas que se calle lo antes posible?

¿Dices que no te gustan los chismes o el cotilleo; pero frecuentemente te sientas a hablar con los que parecen conocer toda la vida de los demás, y tú estás tranquilo escuchando, dejándote contaminar con sus cuentos y sus exageraciones de las desgracias ajenas?

A veces no te das cuenta de que estas cosas te irritan porque también lo haces tú. Cuando ves algo que no te guste, piensa que quizá haya algo en ti que debes cambiar. Cuando te das cuenta qué es lo que debes cambiar, en lugar de castigarte, úsalo para reflexionar y para mejorar.

Somos tan expertos en protestar que lo hacemos hasta con nosotros mismos. Es frecuente que nuestra voz interior nos acuse y no nos deje ver lo maravillosos que somos. Protestamos en vez de buscar soluciones y nos desanimamos en lugar de vivir felices.

Te animo a verte reflejado en los demás, tanto en las debilidades como en las fortalezas. Usa a las personas que tienes cerca como espejos, verás cómo algunos te resultarán mágicos. Si algo te molesta de otra persona, aprovecha para cambiar y crecer. Si alguna cualidad o característica te gusta, celébralo, porque sí lo ves, es que lo tienes tú también.

Yo quiero protestar menos, deseo ser más paciente, más constructiva y más feliz.

¿Y tú?

 

Las 18 leyes del Dalai Lama

 

1. Ten en cuenta que tanto los grandes amores como los grandes logros implican grandes riesgos.

2. Cuando pierdas, no te pierdas la lección.

3. Sigue las tres Rs: Respeto por ti mismo; Respeto por los demás; Responsabilidad por todas tus acciones

4. Recuerda que no conseguir lo que quieres es a veces un gran golpe de suerte.

5. Aprende las normas para saber cómo romperlas debidamente.

6. No dejes que una pequeña disputa dañe una gran amistad.

7. Cuando te des cuenta de que has cometido un error, da los pasos necesarios para corregirlo de forma inmediata.

8. Pasa tiempo a solas cada día.

9. Abre los brazos al cambio, pero no sueltes tus valores.

10. Recuerda que el silencio es a veces la mejor respuesta.

11. Vive una vida buena y honrada. Cuando te hagas mayor y eches la vista atrás, podrás disfrutarla por segunda vez.

12. Un ambiente amoroso en tu hogar es la base para tu vida.

13. En desacuerdos con tus seres queridos, aborda sólo la situación actual. No remuevas el pasado.

14. Comparte tus conocimientos. Es una forma de alcanzar la inmortalidad.

15. Sé amable con la tierra.

16. Una vez al año, visita algún lugar en el que nunca estuviste.

17. Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por el otro supera a la necesidad del otro.

18. Mide tu éxito en base a lo que tuviste que renunciar para conseguirlo.

El miedo al fracaso

«Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar» Paulo Coelho

Porque lo imposible, sólo tarta un poco más...

A veces nos surge la pregunta ¿Y si fracaso?

¿Te has hecho alguna vez esa pregunta? El miedo a fracasar es un paralizante, hace que te bloquees, que no puedas resolver un problema, tomar una decisión o perseguir un sueño.

El miedo a fracasar te evita ha pasar a la acción y, si no pasas a la acción, ¿cómo lo vas a conseguir? Pensamientos del tipo “¿Y si fracaso, qué pensaran de mí?” te evitan incluso de hacer un primer paso hacia ello.

Prefieres pasar desapercibido antes de inspirarte por  tu sueño y poder ser percibido por los demás (y por ti mism@) como un fracasado. Desde pequeñitos, nuestros padres nos cuidan y nos miman para que no fracasemos, en lugar de enseñarnos desde pequeños que el fracaso es parte natural de la vida y también parte del éxito.

Para protegernos, algunos adultos nos pintan un mundo ideal (e irreal) en el que nos ocultan el fracaso y solo nos muestran la cara del éxito y ahí nos colocan.

Tienes dentro de ti las habilidades básicas para resolver los retos  que se te presentan en la vida, tienes los recursos necesarios, aunque quizás puede que los tengas oxidados por no haberlos utilizado. Lo primero que tienes que hacer es perderle el miedo al fracaso (o llamémoslo mejor, a no tener éxito).

Como bien dijo Thomas Edison, inventor de la bombilla eléctrica en uno de sus múltiples experimentos que le llevó al final a ese descubrimiento que fue un grandísimo descubrimiento para la humanidad.

“No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”. Edison

Ten esa actitud en tu vida ante el fracaso y afróntalo con una sonrisa. Pon todos los medios a tu alcance para convertir las situaciones en un éxito, y acepta el fracaso como una opción más, que, si te ayuda a aprender, te acerca un poquito más a tu sueño y gracias a lo aprendido vuelve a hacerlo.

Los ejercicios del día de hoy te ayudarán a enfrentarte a ese miedo a fracasar o a no sentirte capaz de resolver algo, a mirar esas oportunidades como una posibilidad de aprender.

Nadie aprende sin equivocarse. Los errores son los que nos ayudan a crecer y a lograr la experiencia que hará que la próxima vez no te equivoques o que estés un poco más cerca del éxito.

El miedo al fracaso convierte en imposibles tus sueños, no lo permitas. Paulo Coelho

 

 

✴️…si de esta lectura surge alguna duda, cuenta conmigo! 

¡NO TE PIERDAS ESTA OPORTUNIDAD!

-UNETE SIN COSTE-

SESIÓN DE EXPLORACIÓN

 

Agradecida por tus comentarios,

????¡Te abrazo y…
✨Ojalá seas tú todos los días de tu vida!

Anna BeuSam