por Anna | Sin categoría

¿Te has dado cuenta de que a veces la parte de ti que más intentas esconder es la que más te domina? Sí, esa parte que no te atreves a mostrar, la que te incomoda y te hace pensar «ojalá no fuera así». ¿Sabías que negar esas partes oscuras solo te hace prisionera de ellas? Hoy vamos a entrar en un tema que muchos prefieren evitar pero que, cuando lo enfrentas, cambia todo.
Te prometo que, después de leer esto, verás tu sombra desde otro lugar: no como una enemiga, sino como una aliada poderosa.
Hoy te hablaré de tres puntos clave:
- Qué es la sombra y por qué te cuesta tanto aceptarla.
- Cómo aprender a conocer y aceptar tu sombra puede liberarte.
- Y, lo más importante, cómo transformar esa sombra en tu mayor fuerza.
Porque como dijo Carl Jung, «Hasta que no hagas consciente lo inconsciente, dirigirá tu vida y lo llamarás destino.»
Vamos a cambiar eso!
1. ¿Qué es la sombra y por qué te cuesta tanto aceptarla?
La sombra es esa parte oculta de ti misma. Es todo lo que has reprimido, negado o escondido porque pensaste que era «malo» o «indeseable». Tal vez te dijeron de pequeña que eras «demasiado» algo: demasiado enojona, demasiado sensible, demasiado ambiciosa. Y, para encajar, te obligaste a enterrar esas partes en lo más profundo de ti.
Pero el problema no es que tengas una sombra. El problema es que cuando la reprimes, te termina controlando. Lo que no enfrentas, te persigue. Cuanto más niegas esas partes incómodas, más se manifiestan de formas destructivas: en tus relaciones, en tus decisiones y, sobre todo, en tu paz mental.
2. Conocer y aceptar tu sombra te libera
Aceptar tu sombra no es resignarte a ser «lo peor de ti». Es hacer las paces con esa parte de ti que también necesita ser vista y reconocida. Cuando te atreves a mirar tu sombra de frente, empiezas a entender que esas características que tanto temes también tienen un propósito.
¿Te consideras controladora? Tal vez lo que realmente tienes es una increíble capacidad de liderar. ¿Eres alguien que se deja llevar por el miedo? Quizás ese miedo es lo que te protege de lanzarte a lo loco sin evaluar riesgos.
Aceptar tu sombra es integrar todos tus aspectos, para que dejes de sentir que algo te falta o que algo está mal contigo. Es liberarte del juicio y, en su lugar, elegir conocerte en todas tus facetas.
3. Cómo transformar esa sombra en tu mayor fuerza
Aquí viene lo bueno. Una vez que aceptas tu sombra, puedes empezar a usarla a tu favor. En lugar de pelear contra ti misma, empiezas a colaborar contigo.Tu lado «oscuro» tiene mucho que enseñarte, y cuando lo haces consciente, te da poder.
Si aprendes a trabajar con tu sombra, te vuelves una persona más completa, más real, y, curiosamente, más fuerte. Dejas de reaccionar de manera automática ante tus propios miedos, porque ya no los temes. Les das espacio, los entiendes y los conviertes en combustible para tu crecimiento.
Ahora te estarás preguntando: “Ok, ¿y cómo lo hago?”. No te preocupes, sé que enfrentarte a tu sombra no es tarea fácil, pero aquí estoy para acompañarte en ese proceso. Quiero invitarte a la próxima mentoría de entrada libre y sin coste: «Quien no acepta su sombra vive sometida a ella»
- Dia 23 Octubre 2024.
- Hora: 8:00 Pm a 10:00Pm de España.
Ahí nos meteremos de lleno en este tema y entrenaremos juntos para que puedas integrar tu sombra y liberarte de una vez.
¿Vas a seguir huyendo de esa parte de ti, o vas a convertirla en tu aliada más poderosa? Si sientes que es momento de dejar de huir y empezar a abrazar tu verdadero yo, entonces esta mentoría es para ti.
¡Inscríbete ya! Este no es un espacio para los que quieren seguir escondiéndose, es para los que están listos para ser auténticos, completos y, sobre todo, libres. Si te animas a aceptarte tal como eres (¡con todo y sombra!), estaré esperándote en nuestra próxima sesión. ¡Es hora de hacer las paces contigo mism@! (Si no te es posible asistir esta , tranqui! que te ofreceré otras veces en las mismas condiciones sin coste)

por Anna | Sin categoría

Una verdad incómoda que a veces preferimos ignorar es que la confianza no es algo con lo que nacemos ni algo que heredamos como el color de los ojos. La confianza se construye. Y sí, puede ser un proceso desafiante y además también, es tremendamente liberador. Porque si se construye, significa que tú tienes el control. Puedes moldearla, fortalecerla y hacerla crecer, independientemente de dónde comiences y de otros.
Hoy te voy a compartir cómo puedes empezar a construir tu confianza personal, paso a paso, con estrategias que puedes aplicar en tu día a día. No necesitas esperar a que te «llegue» la confianza; puedes empezar a cultivarla ahora mismo.
1. Acepta Que El Proceso Es Tuyo y Solo Tuyo
Primero que nada, dejemos esto claro: no hay una receta mágica que funcione para todos. La construcción de confianza es un viaje personal. Aceptar que el proceso es tuyo y que no necesitas compararte con nadie más es el primer paso para ganar terreno.
Cómo hacerlo:
- Define qué significa la confianza para ti: ¿Es sentirte seguro al hablar en público? ¿Es tener el valor de decir lo que piensas? Define tu propia versión de confianza y trabaja hacia ella.
- Sé amable contigo mismo: Recuerda que estás en tu propio viaje. No te juzgues por no estar donde crees que deberías estar. Cada paso adelante, por pequeño que sea, es una victoria.
2. Amplía tu Zona de Confort, y Hazlo a Tu Ritmo
La confianza crece cuando te retas a ampliar de tu zona de confort, pero no tienes que lanzarte al vacío de una sola vez. Puedes hacerlo de manera gradual, un paso a la vez. Ampliando la que consideras actual tuya.
Cómo hacerlo:
- Identifica pequeñas acciones que te asusten un poco: Puede ser algo tan simple como hablar con alguien nuevo o tomar la iniciativa en una reunión. Lo importante es que sientas que te estás empujando, pero sin abrumarte. Que signifique una «primera vez»
- Reconoce y celebra esos pequeños pasos: Cada vez que amplias tu zona de confort, tómate un momento para reconocer lo que has hecho. Esto refuerza tu confianza y te prepara para desafíos mayores.
3. Transforma Tu Diálogo Interno
La forma en que te hablas a ti influye directamente en tu confianza. Si tu diálogo interno está lleno de dudas y autocrítica, tu confianza sufrirá. La buena noticia es que puedes cambiar ese diálogo.
Cómo hacerlo:
- Practica afirmaciones positivas: Empieza a decirte cosas como «Soy capaz», «Tengo el valor de intentar», o «Estoy mejorando cada día». Aunque al principio te suene raro, con el tiempo estas afirmaciones empezarán a moldear tu manera de pensar.
- Reemplaza los pensamientos negativos: Cuando te encuentres pensando algo negativo sobre ti , practica atención consciente de cambiar ese pensamiento por algo más constructivo. Por ejemplo, si piensas «No soy lo suficientemente bueno para esto», cámbialo por «Estoy aprendiendo y mejorando, y eso es lo que importa».
4. Rodéate de Influencias Positivas
Tu entorno tiene un gran impacto en cómo te sientes contigo. Las personas con las que pasas tiempo, los contenidos que consumes y las actividades en las que te involucras pueden elevarte o hacerte caer.
Cómo hacerlo:
- Identifica quién te apoya y quién no: Pasa más tiempo con personas que te animen, que te desafíen de manera constructiva y que te hagan sentir bien contigo mismo. Si hay personas en tu vida que constantemente te bajan el ánimo, considera reducir el tiempo que pasas con ellas.
- Llénate de inspiración: Lee libros, escucha podcasts y sigue en redes sociales a personas que te inspiren y que promuevan un mensaje positivo. Rodéate de contenido que te recuerde que la confianza se construye y que tú tienes el poder de hacerlo.
5. Aprende a Decir “No”
Aprender a decir «no» es un acto de confianza en sí mismo. Decir «no» cuando es necesario te permite priorizar lo que realmente importa para ti y evita que te sobrecargues o que te comprometas con cosas que no te hacen bien.
Cómo hacerlo:
- Empieza con pequeñas cosas: Practica decir «no» en situaciones de baja presión, como cuando alguien te pide un favor que no quieres hacer. Esto te ayudará a desarrollar la habilidad y te hará sentir más cómodo con el tiempo.
- Recuerda que decir «no» no te hace egoísta: Es un acto de autocuidado. Estás protegiendo tu tiempo, tu energía y tu bienestar emocional. Y eso es esencial para mantener tu confianza en alto.
Conclusión
La confianza personal es un proceso de construcción que toma tiempo y dedicación, pero cada paso que das te acerca más a convertirte en la persona segura y empoderada que deseas ser. No es algo que te llega por arte de magia ni algo que puedas heredar; es algo que creas con cada acción, cada pensamiento y cada decisión.
Así que empieza hoy mismo. Adopta estas estrategias, aplica una o todas, y observa cómo tu confianza comienza a florecer. Y si quieres profundizar más en este proceso y descubrir cómo liberar todo tu potencial,. ¡El viaje hacia re-inventarse comienza ahora!
por Anna | Sin categoría

Todos podemos creer que para que nuestra vida cambie es necesario hacer algo, que tenemos que emprender acciones.
Por una parte, es así.
Las acciones dan resultados.
Pero aquí quiero centrarme en cambios mucho más importantes, que no suponen invertir nada más que tu tiempo y tu compromiso.
Porque…
- ¿Sabes todo lo que haces y está en contra de tu felicidad?
- ¿Sabes cuáles son las conductas que sería bueno abandonar?
- ¿Tienes noción de qué es lo que no te ayuda a vivir con alegría?
1.- Deja de querer tener la Razón.
Muchas veces, no somos conscientes de todo lo que perdemos al intentar tener la razón en una conversación, al querer imponer nuestra «verdad», o al no aceptar que los demás tienen derecho a tener otras perspectivas, otras opiniones. ¿Por qué la mía tiene que ser más válida que la de otros?
Tus ideas, tus verdades, tus razones, son las que son porque has nacido en un lugar determinado, en una época determinada, con una historia propia. Piensa… si hubieras nacido en la India, o en Inglaterra, o en Venezuela, tus ideas, tus creencias y tus razones, serían completamente distintas. ¿Estás de acuerdo?
Las personas en estado de pre-consciencia creen tener la razón. Quienes van tomando consciencia, eligen no discutir cuando haya dos “razonamientos”. Y una persona plenamente consciente se maravilla descubriendo la cantidad de maneras que se puede pensar sobre una misma cosa, sin juzgar ni querer imponer.
2.- Deja de culpar a los demás por tus problemas o por tu sufrimiento.
Es mucho más cómodo pensar que los demás son los culpables de lo que ocurre en nuestra vida. Pero eso no resuelve nada. Aceptar nuestra responsabilidad es la única forma de cambiar nuestra vida, de dejar de sufrir y de resolver nuestros problemas. Nadie puede hacerlo por nosotros. Aprendiendo a liberarnos de culpabilizar, mejoramos nuestra vida de manera exponencial.
Este es uno de los puntos más importantes. Tomar el control de tu vida y hacerlo desde la auto responsabilidad, puede transformar tu vida a mejor.
3.- Abandona el Diálogo Interno Derrotista.
¿Sabes con quién pasas la mayor parte de tu tiempo? Contigo. Y esa vocecita interna que te habla todo el día, muchas veces, es la causante de tu falta de energía, de tu falta de confianza, de tu falta de fe en conseguir mejores resultados. ¿Qué pruebas tienes para afirmar que todo te irá mal? ¿Y si eligieras creer que puede irte mejor? Te aseguro que cambiar el diálogo derrotista, por un diálogo positivo y esperanzador, obrará milagros en tu vida.
4.- Dejar atrás la Queja.
¿Conoces algo más improductivo que la queja? Quien se acostumbra a la queja, sin luego ponerse manos a la obra a promover esa mejora necesaria, no consigue nada. Si vas a quejarte, hazlo siempre que luego uses esa energía para hacer algo constructivo. Aunque de todos modos, mejor, no te quejes. Ahórrate esa «mala sangre» y ahórrasela a los que están a tu alrededor.
Recuerda que hay otra manera de expresarte, diferente a la queja, que produce mejores resultados. Se llama, Asertividad, ¿la practicas?
5.- Dejar de buscar la Aprobación de los Demás.
¿Haces lo que sea para que los demás te aprecien? ¿Te cuesta decir que no a alguien? Para mejorar nuestra vida, necesitamos mejorar también este aspecto. Saber decir que no es saber respetarnos. Cuando buscamos la aprobación del otro, a veces, de manera enfermiza, conseguimos el efecto contrario.
Cuando lo que tú estás haciendo lo dejas para ocuparte en primer lugar de lo que otros te piden, lo que estás haciendo es decir: Lo mío no importa.
Te estás faltando a ti y lo que es peor, los demás asumen que eso es así. Di “Cuando termine con esto voy” y empieza a respetarte.
Elegir, hacer y decir lo que uno quiere hacer y decir es el camino para mejorar tu vida.
6.- No te compares ni busques impresionar a nadie.
Compararse con los demás no es una buena técnica para avanzar en nuestra vida. ¿Realmente importa si el otro tiene un coche mejor o ha ido a un lugar de vacaciones más bonito que tú? Al compararte (las redes sociales hacen un daño terrible en este aspecto) lo que haces es NO valorar lo que eres, tienes o haces.
Y así, lo tuyo siempre pierde valor.
¿Verdad? Por eso, cuando sufres porque vives comparándote… no ganas nada. Sé tú mismo. Supérate a ti mismo. Cada día, busca aprender algo nuevo, mejorar una habilidad, y habrás conseguido impresionarte a ti mismo.
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por Anna | Sin categoría

¿Cómo te sientes cuando alguien te corrige?
Las reacciones ante una corrección varían mucho de una persona a otra. Podemos agruparlas en tres tipos principales:
- Personas A: Escuchan las correcciones, pero no les afectan demasiado. Lo que les dicen entra por un oído y sale por el otro.
- Personas B: Pueden separar la crítica de su propio juicio. Escuchan, valoran si están de acuerdo o no, y responden de manera asertiva.
- Personas C: Reaccionan con mucha emoción. Pueden sentirse heridos, enfadados o avergonzados, y esa emoción puede quedarse con ellos por mucho tiempo y huir.
¿Qué pasa con las personas C?
Si te sientes muy afectado por una crítica, probablemente toque alguna herida emocional. Imagina que estás en el parque con tu hijo y otra madre te dice que lo que le das de merienda no es adecuado. Te sientes atacado, te bloqueas y solo puedes pensar en defenderte. Es posible que esta reacción intensa tenga raíces en experiencias pasadas donde no te sentiste valorado o escuchado. Es probable la herida de rechazo en edad temprana.
Explorando la raíz de la reacción
La necesidad de defenderse a veces proviene de una historia personal donde te sentiste constantemente juzgado o exigido. Por ejemplo, una clienta que era la menor de siete hermanos siempre se sintió ignorada, y ahora necesita imponer su opinión para sentirse valorada. Estas reacciones pueden ser una forma de protegerse de la inseguridad y el miedo a la percepción de los demás. Es probable la herida de abandono en edad temprana.
Autoexigencia y crítica interna
Las personas que se sienten muy afectadas por las correcciones a menudo son muy autoexigentes y críticas consigo mismas. Este patrón se forma en la infancia, cuando se sienten juzgados y nunca lo suficientemente buenos. Cualquier corrección externa revive esta autocrítica e inseguridad. Por ejemplo, otra clienta se sentía constantemente corregida por su madre, lo que la hacía dudar aún más de sus propias decisiones y aumentaba su autoexigencia.
¿Qué puedes hacer?
Para evitar que estas reacciones interfieran en tus relaciones, es importante aprender a manejar tus respuestas emocionales. No basta solo con ser consciente de tus heridas emocionales; también necesitas cambiar la forma en que interpretas las críticas y aprender a poner límites de manera efectiva. Estas habilidades se pueden desarrollar y fortalecer, por ejemplo, a través de cursos especializados en relaciones y límites.
Un curso práctico para mejorar tus relaciones
El curso de relaciones y límites (entre otros temas de desarrollo humano) que ofrezco es una herramienta práctica para mejorar tu respuesta a las críticas y dejar de sentirte mal por lo que hacen los demás. En unos cinco meses, puedes aprender a respetarte y valorarte, transformando tus relaciones personales, especialmente con figuras de autoridad.
Conclusión
Reconocer cómo reaccionas ante las críticas y trabajar en tus respuestas puede hacer una gran diferencia en tus relaciones y en tu bienestar emocional. Aprende a poner límites, a interpretar las críticas de manera constructiva y a fortalecer tu confianza para sentirte más seguro, tranquilo en tus interacciones diarias y vivir en paz ES POR AQUI
por Anna | Sin categoría

¿En cuáles de tus relaciones sientes que debes adaptarte para que todo esté bien?
Reflexiona sobre esto. Seguramente hay alguien con quien esto te ocurre.
Por ejemplo, cuando le escribes a un amigo para proponerle un plan para mañana y no te responde, no sabes si puedes contar con él o no.
Esta incertidumbre te impide organizarte o buscar otras opciones. Sin embargo, sigues esperando su respuesta, sin tomar ninguna decisión por tu cuenta :-(.
Es decir, te adaptas a la otra persona en lugar de tomar tu propio espacio.
O tal vez empiezas a salir con alguien y poco a poco te adaptas a sus planes y aficiones, dejando de hacer las cosas que te gustaban y te hacían sentir bien.
Por ejemplo, ya no comes tan saludable, no haces ejercicio, cambias tus horarios de sueño, o dejas de ver a tus amigos…
Porque has aprendido que «para que estemos bien, yo debo adaptarme».
Que «si expreso lo que quiero, se enfadan».
Que «si pongo un límite, la relación se deteriora».
Así que piensas que no puedes decir nada y te adaptas constantemente.
¿Te identificas con esto?
Y ojo, esto puede pasar en cualquier relación: pareja, familia, amistades, trabajo…
¿Con quién te reprimes, te callas o te sobrecargas porque sientes que es necesario para mantener la paz?
Piensa en esa amiga a la que siempre llamas tú, a la que te adaptas para quedar y que siempre decide qué hacer.
O ese hermano que no ayuda con los problemas familiares porque está ocupado con su trabajo, y tú cargas con todo para mantener la armonía.
O ese jefe exigente que siempre demanda más y nunca está satisfecho, pero al que no pones límites por miedo a represalias o a generar tensión.
O esa madre del colegio que siempre tiene que tener la razón y salirse con la suya, obligando a los demás a seguirle como corderitos para evitar conflictos.
O tu padre. O tu madre. O tu suegra. O tu vecino.
¿Con quién no puedes ser tú mismo, relajado, diciendo lo que te molesta, lo que te gusta, lo que consideras bien o mal?
¿¿¿Con quién???
A veces, esto de adaptarse al otro es porque esa persona impone su carácter y tú automáticamente te colocas por debajo, renunciando a lo tuyo.
Otras veces, esta adaptación tiene que ver con tus experiencias de vida que te enseñaron a relacionarte así.
Por ejemplo, si creciste en un entorno donde no se validaban tus emociones y no se permitía expresar tus deseos, aprendiste que lo mejor era adaptarte.
O si careciste de amor incondicional y aprobación siendo tú mismo, sin esfuerzo…
O si en alguna relación anterior, cuando expresaste lo que sentías, te culparon de ser egoísta…
O si en tu infancia asumiste roles y responsabilidades de adulto, aprendiste que debías adaptarte.
Esto le pasó a una clienta cuando era niña y ahora se refleja en sus relaciones de pareja:
«De pequeña aprendí que, para evitar crisis, debía obedecer, no causar problemas y asegurarme de que todo fuera bien. Ahora elijo parejas inmaduras a las que debo cuidar y asumir responsabilidades que no me corresponden».
Así es. Y para mantener la relación, cuido y sostengo.
Yo me adapto.
Yo me esfuerzo.
Yo me sacrifico.
Para evitar roces, conflictos y malos rollos.
Y si estoy conociendo a alguien y un día cancela un plan sin proponerme otra cosa, aunque no me guste, me callo por miedo a agobiarlo y que se aleje.
Quizás al principio no me importe por la emoción del enamoramiento. Pero si las cosas que me molestan siguen ocurriendo, el malestar crecerá.
Tal vez intente decir algo, pero probablemente no encuentre el momento adecuado para hablar.
Porque cuando alguien realmente quiere encontrar el momento para algo, el momento aparece.
Es decir, si quiero decirle algo a una persona, de repente el momento está ahí, frente a mí.
Pero si temo lo que puede pasar al decir lo que pienso, no veré el momento aunque esté claro delante de mí.
Y seguiré adaptándome y sintiendo que debo fallarme a mí para mantener la relación.
¿Te suena? ¿Ya identificaste con quién te adaptas para evitar problemas o no perder ese vínculo?
Pues no, debes saber que los vínculos reales no se perderán porque empieces a decir lo que piensas.
Si estás dispuesta a comprobarlo, L.I.B.E.R.A. es el curso para que aprendas a quererte, a expresar lo que sientes y a ocupar tu lugar en tus relaciones.
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Sí, quiero dejar de adaptarme.