Como conseguir disciplina mental

La clave para autogestionar tu mente es el desapego. Llámalo perdón o pasotismo. Pero sólo gestionarás tu mente cuando no te aferres a nada. Eres mentalmente saludable tanto como puedas desprenderte de tus emociones.

A lo largo de los siglos, en todas las religiones y filosofías el bien más elevado es la paz mental que da el desapego. Es la clave de la felicidad. Y no es incompatible con conseguir objetivos como creen muchos. El desapego acelera esos objetivos.

La gente se aferra a ideas, opiniones y bienes materiales. Sufren demasiado pensando en perderlos. No pueden ni dormir por la noche. Y esas preocupaciones acaban con su salud. ¿Para qué tantas posesiones entonces? ;))

Por eso serás tan fuerte como intentes gestionar tus impulsos y pensamientos. Porque todas las injusticias, malos modos, engaños, falta de modales y crítica destructiva que soportes son ineludibles. Son parte de la vida. No se libra nadie. La otra opción es vivir en una cueva. Por eso la única pregunta tras una experiencia negativa será: ¿En qué tiempo voy a transitar este dolor  y seguir con mi vida desde el aprendizaje? Esa es la verdadera fuerza mental, la que te coloca en un avance personal. Estar por encima de tus emociones es el verdadero poder.

Gestiona primero tu interior y conseguirás la paz mental. Disciplínate para pensar que no «necesitas» nada. Ni siquiera conseguir objetivos.  Cuando cultives el desapego y estés bien contigo mismo te volverás imparable. Entonces irónicamente aparecerán los premios. Como un beneficio secundario.

Cuando practicas el desapego y te separas emocionalmente de tus bienes y objetivos automáticamente liberas todo el poder. Y desde esa posición conseguir tus objetivos se vuelve fácil. Pruébalo que funciona.

La recompensa de ser disciplinado mentalmente.

La recompensa de ser disciplinado mentalmente no es material, es gustarte a ti mism@.

Cuando te disciplinas mentalmente te sientes bien contigo mismo@ y entonces puedes conseguir cualquier cosa. Y esa sensación supera cualquier bien físico.

La mayoría nunca sale de su miseria porque elige el camino de menor resistencia: quejarse y evitar lo importante. Pero el éxito llega cuando gestionas tus emociones y te disciplinas. Cuando «te miras» dentro. Y eso se consigue practicando el desapego. Hazlo como un juego. No necesitas nada material. Sólo gestionar tus pensamientos. Juega a hacerte mejor sólo por el placer de hacerte mejor.

Cuando gestionas tu apetito físico, cuando aprendes a perseverar y pensar a largo plazo todo se vuelve fácil. Cualquier obstáculo se empequeñece.

Y superado uno ves que puedes con más, que es ilimitado lo que puedes conseguir.

Y entonces te respetarán y disfrutarás de tu imagen “yo puedo”. Y mejorarán tu aspecto y relaciones.

Preguntas-Solución:

Recuerda: Una inocente pregunta pueden ser meses de gran avance.

El buen coaching cambiará tu vida financiera y solucionará tus cuestiones fundamentales sobre miedos, dinero, amistades y/o relaciones… Pero lo hará del modo más potente: con preguntas para que TU MISM@ te des la respuesta. Eso será mucho más efectivo. Porque ya tienes la solución dentro. En este momento tienes la solución de todo. Solo necesitas una llave que arranque tu mente. Ahorrarás mucho tiempo, dinero y dolores de cabeza cuando mires en tu interior.

Con las preguntas adecuadas serás creativo resolviendo problemas, enfocando soluciones y avanzarás rápidamente en tu vida personal y profesional. Porque una buena pregunta te dirá dónde está la raíz del problema, quien es la gente retorcida encubierta de la que tienes que apartarte y qué cambiar para avanzar más rápido. Así activarás un radar para detectar situaciones conflictivas y evitarás años malgastados en un trabajo o forma de vida que no es la tuya.

Las respuestas propias te darán más energía, que si vinieran de otro, porque por fin tendrás claro lo que quieres. Aquí van:

  1. ¿A quién de tu pasado puedes perdonar y dejar marchar de tu cabeza?
  2. ¿Qué prefieres, tener razón o ser feliz?
  3. ¿Podrías haber puesto algo más de tu parte en aquella alianza o proyecto que salió mal?
  4. ¿Hay alguien que también haya sufrido los mismos agravios o más que tú? ¿Te pareció para tanto?
  5. ¿Qué pasaría si todo el día de hoy probaras el método del vacío (despegarte de lo material y negarte a preocuparte)?
  6. ¿Crees que perdonar y olvidarte lleva tiempo o que es tan fácil como decir “Se acabó” y olvidarte? (Pista: Es la segunda opción).
  7. ¿Cuál es tu pasión? (Pregunta breve pero quizás te lleve tiempo).Todo el mundo busca ser aceptado.

Todo el mundo busca aprobación.

Todo el mundo busca afuera, yo busco dentro. Sumate ❤️‍????

Gracias por leerme, comentar y compartir.

Te amo.

 

Cómo lograr que la negatividad no te torture nunca más

Cómo lograr que la negatividad no te torture nunca más:

Tu “bloque blanco” del olvido

Hay gente que todavía está enfadada por algo que sus padres le dijeron hace décadas. Te lo cuentan como si fuera ayer, indignadísimos. Como si acabara de ocurrir. ¿Es forma de vivir?

Los psicólogos tienen trabajo porque el nivel de perdón de muchos sigue en rojo. Sólo tienen que llevarlos de nuevo al pasado para que repasen otra vez ese momento. Pero puedes superarlo mucho más fácil si rebajas tu nivel de olvido. Tu nivel de olvido mide la rapidez para perdonar una experiencia negativa e indica lo emocionalmente saludable que eres.

Imagina en una escala de cero a cien una intensa emoción negativa, una ofensa o la trampa de otro. Imagínate que es un bloque rojo y grande como en los gráficos financieros. Pero tienes que eliminar ese bloque rojo y convertirlo en blanco para que desaparezca.

Así que en cuanto te ofendas olvida, cambia ese bloque rojo por el blanco, sin intermedios.  Enfócate al tiempo útil, decide no perder tu tiempo, con tonterías de otros y eliminarás días, semanas y años de malos ratos.

Las 3 claves para la paz mental

A continuación las 3 claves para que logres paz mental y cambie tu calidad de vida.

 

1. Pregúntate: ¿Quiero tener razón o ser feliz?

La mayoría tiene una necesidad enfermiza de tener razón. Pero cuando no te importa la razón, todas las malas emociones que la rodean desaparecerán. La pregunta es «¿Quieres tener razón o ser feliz?»

Algunos por ejemplo se vuelven agresivos por sus creencias políticas. Creencias que al fin y al cabo aprendieron de otros. Pero si relativizaran esas creencias dejarían de consumirse. Tengo amigos de todas las opiniones políticas y filosóficas. Pero me llevo bien con ellos porque nos reímos de los puntos donde diferimos. ¿No los hay siempre? Es tan sencillo como hablar de los temas comunes y bromear sobre el resto.

¿Vas a perder una amistad por querer imponer tu punto de vista? Conozco gente que no se habla por pura cabezonería. Gran fallo estratégico: enfocarse en el desacuerdo en vez de en el acuerdo.

 

2. Niégate a culpar

Culpar vuelve a ti  y quita paz interior. Por eso no te tomes nada personalmente. Así no desperdiciarás tu tiempo enfadándote ni buscando “malvados” que nada tendrán que ver con el problema. Buscar culpables distorsiona tu vida. Busca soluciones.

Imagina que has tenido una discusión o te hacen una faena con el coche o un amigo te dice algo que no quieres oír. Inmediatamente lo conviertes en el malo, en el culpable de TODO. Lo pagas con él injustamente y te metes en un lío arrinconándole como a un enemigo. ¿Te merece la pena o la alegría? ELIGE!

Pero si te disciplinas a no buscar culpables, evitarás incidentes que pagarás toda tu vida. Si alguien te hace una faena piensa, “Tendría prisa”. Si alguien te dice algo injusto di: “Pobre, anda despistado hoy”.

Sin culpa no hay emociones disruptivas. Sin enemigo se acaba el odio que te consume. Sin culpables la ansiedad se desvanece. Entonces te vuelves productivo y positivo. Elimina las culpas y póntelo fácil para ser feliz.

 

3. No te enamores de tu sufrimiento «El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional» decía Buda después de años de aprendizaje y meditación.

Encontrarás rápidamente la paz mental si te niegas a pensar en lo malo. Ya sé que “tienes derecho” a estar molesto por tu situación, aunque ese tiempo no merece tu alegría.

Pero muchos se enamoran de su sufrimiento, sus problemas del pasado son su vida. Piensan siempre en lo malo y llenan su día de discusiones imaginarias con gente que no está presente. Todos sus pensamientos giran alrededor de lo malo. Habla con ellos y al segundo minuto estarán quejándose.

Todo es agresividad. Te inundarán con sus terribles historias. Con lo mal que les trataron aquella vez, con los amigos que les traicionaron y con un refrito de historias para no dormir. Se creen únicos. Pero sólo son únicos en algo: en no olvidar. No seas el quejica del que todos huyen. Sólo conseguirás que nadie quiera estar contigo.“¡Pero no puedo! ¡Es demasiado grave lo que me hicieron! ¡Tú no lo sabes bien! ¡A ti no te ha pasado!” Te lo repetiré: no eres el único. Todos soportamos agravios.

Además, si te han perjudicado habrás aprendido más y ahora eres más listo. Estupendo!.

Es probable que lleves un tiempo pensando que algo no encaja

Pensando que quizás el problema a tu falta de poder personal no se resuelva con nuevas agendas, leyendo libros de autoayuda o llamando a una amiga para que vaya contigo al gimnasio y así no te dé pereza, sino que tenga más que ver con:

  • Lo que te dices (o no te dices) interiormente.
  • Las inseguridades que sientes cuando piensas en tus objetivos.
  • Una sensación de no estar a la altura que hace que muchas veces ni hagas el primer paso.
  • El miedo a no llegar a todo lo que ahora mismo tienes encima de la mesa.
  • La desgana y la flojera que sientes de un tiempo a esta parte.
  • Ver tus objetivos como metas demasiado grandes y lejanas.
  • El miedo a fracasar con tus objetivos y que todo el esfuerzo no haya servido de nada.

En definitiva, miedos y bloqueos internos que son los que hacen que no avances como a ti te gustaría, cuando quizás tú antes no eras así.

¿Te suena familiar? Si te identificas con lo que has leído, te propongo cultivar tu auto-liderazgo

En los últimos treinta años he apoyado a cientos de personas en cientos de programas a realizar planes de acción basados en objetivos que desean alcanzar, con resultados muy desiguales. He visto cómo muchas personas con su plan de acción orientado a objetivos consiguen muy buenos resultados. Pero también he visto a muchas otras personas a las que sus planes de acción no les funcionan… y cómo ello les genera frustración, decepción y hasta pérdida de confianza en ellos mismos.

Durante todos estos años he enfocado parte de mi trabajo a rediseñar, refinar y re-inventar cómo enfocar con éxito la transformación personal. Voy a compartir contigo de modo muy práctico mi visión del cambio personal, lo que utilizamos con nuestros clientes para ayudarles en sus procesos de crear hábitos poderosos para construir una buena vida. También te cuento cuáles son algunos de mis hábitos favoritos y te doy la mejor bibliografía de referencia sobre los hábitos.

 

Los 3 Pasos infalibles para liberarte de obstáculos

Primer paso: Claridad.

¿Cuáles son tus valores y cuáles tus metas?
Lo primero que necesitas es claridad. ¿Cuál es tu sueño? ¿Quién quieres ser para vivir ese sueño en la realidad?

Busca tener las dos cosas claras: tus metas y tus valores.

Cuando lo tengas superarás cualquier miedo por el camino. Busca tu ideal y dale tu estilo. La gente extraordinaria pocas veces está confundida y toma resoluciones sin piedad. Pregunta a los que deambulan sin llegar a nada y verás una nebulosa entre sus valores y sus metas. Algunos tendrán metas pero no valores, y entonces sus trampas se volverán contra ellos. Otros tendrán valores pero ninguna meta, y entonces nunca actuarán. Y la mayoría no tendrá ninguna de las dos cosas, su vida consistirá en una búsqueda de caminos fáciles… para llegar a ningún lado.

Segundo paso: Nunca te mientas

Los que consiguen sus metas transitando el miedo tienen una integridad a prueba de bombas. Son los que miran a los ojos y no tiemblan cuando las cosas se tuercen. Los que saben que ceder a una ganancia fácil a costa de actuar mal les saldrá caro a la larga.

¿Dónde prosperan los grandes negocios? ¿Dónde hay corrupción o dónde la gente se fía más? He tenido la suerte de viajar a muchos sitios y en aquellas sociedades donde la palabra es importante, la economía prospera. Suecia por ejemplo, es uno de los países con renta per cápita más alta del mundo. Todo va rápido y de palabra y así eliminan mucha burocracia. Perfecto para que la economía y las personas prosperen. También es fácil engañarles, pero sólo lo harás una vez. A partir de ahí te vetarán. ¿Merece la alegria o la pena?

La persona que asegure la verdad por encima de todo despega económica y socialmente. Siempre habrá retos  y nada será perfecto, además la gente honesta se asocia con gente honesta. Junta a dos personas íntegras y no doblarán su potencial… ¡lo cuadriplicarán! Junta a dos que no se fían y no ganará ninguno.

¿Te imaginas a Mandela, Gandhi o Lincoln mintiendo? Busca ejemplos y verás cuantos personajes históricos lo son por no dar el paso atrás de ser deshonestos. Si quieres llegar lejos la gente tiene que fiarse de ti. Y como no tienen todo el tiempo del mundo te juzgarán por su sexto sentido. Y casi siempre acertarán porque la honestidad se irradia.

¿Quieres tu también irradiar honestidad? Pues actúa honestamente. Siempre. Y empieza por ti. Nunca te mientas. Dite la verdad, siempre la verdad. Si algo de ti no te gusta, reconócelo, aunque sea para ti. La mayoría se auto engaña creyendo que no tiene defectos y luego se preguntan por qué su vida es una miseria.

Tercer paso: Primero tu interior y luego (sólo luego) tu exterior

El tercer y más importante paso es tu interior. Por mucho que hablemos o queramos dar una imagen, somos el reflejo de nuestro interior. La cara es un reflejo de la personalidad.

Si sigues tus metas y te comportas como te gustaría ser, te gustarás a ti mismo. Y si te gustas a ti mismo, gustarás a los demás. La gente te trata como tú te valoras. Si persigues la excelencia te tratarán con la cortesía de los que irradian excelencia.
Lo primero es tu interior. No puedes aparentar confianza si no la sientes por dentro. Todo se percibe, créeme. Huye de las “actuaciones” patéticas. ¿O no te das cuenta tú cuando alguien esconde algo?

Si quieres ser un 10 actúa como un 10. Ya te pulirás por el camino. Ten claro lo que tienes, a dónde quieres llegar y lo que necesitas para modificar y compórtate hoy mismo como si ya lo tuvieras. Irás absorbiendo lo que necesitas sobre la marcha y avanzarás a la velocidad del rayo si actúas como quien quieres ser.

¿Quieres ser un 10? Pues ya eres un 10.

Te librarás de tus cadenas para siempre cuando…

Te librarás de tu prisión de sentimientos encontrados cuando perdones. Lo siento pero no hay otro modo. Lo MÁS inteligente es perdonar. Lo más torpe (aunque en las películas parezca inteligente) es vengarte de los “malos» una y otra vez.

Proponte salir de esa  cárcel. Y sólo cuando aceptas la responsabilidad y perdonas a los que alguna vez te perjudicaron te liberas. Sólo entonces tus emociones perturbadoras  desaparecen. Entonces puedes pensar con claridad y avanzar.

Disciplínate a perdonar agravios pasados y avanzarás más que nadie. Con ese autocontrol te desprenderás de todos los malos recuerdos y por fin respirarás.

Es otra calidad de vida.

Deja de arrastrar antiguas vivencias que te hicieron infeliz. 
Estamos aquí para ayudarTE a encontrar tu próxima aventura y volver a lo que realmente importa. Aprenderás a dejar atrás viejos hábitos y pautas que ya no te sirven.????????????????

 

Liderazgo personal y los cuatro acuerdos.

La combinación de brevedad y facilidad de lectura con el impacto de «Los cuatro acuerdos» de Miguel Ruiz es insuperable. Me da casi vergüenza escribir sobre este libro de inspiración estoica porque es conocidísimo y está casi todo dicho sobre él. Y sin embargo cada día encuentro gente que no lo conoce. Es un libro que recomiendo a casi todos mis clientes de coaching ejecutivo y no deja indiferente a ninguno.

Los cuatro acuerdos es un canto a la libertad personal, que es lo que todos anhelamos. Dice Miguel Ruiz que no escogemos nuestra lengua, ni nuestra religión, ni nuestros valores morales, ni nuestras creencias; todo ello ya estaba ahí cuando nacimos. No tuvimos la oportunidad de elegir qué creer y qué no creer. Ni siquiera elegimos nuestro propio nombre. Al proceso de construcción de todo nuestro sistema de creencias lo llama ‘domesticación’. Y en ese proceso se crean tanto ‘el juez interior’ como la víctima’ que todos llevamos dentro.

Y dice que esta domesticación es tan poderosa que llega un momento de nuestra vida en que ya no necesitamos que nadie nos domestique. En ese momento, basado en nuestro sistema de creencias, nos domesticamos a nosotros solos. Nos castigamos y recompensamos según las reglas de ese sistema de creencias que no cuestionamos.

Nuestro mayor miedo no es la muerte; nuestro mayor miedo es estar vivos, arriesgarnos a vivir, correr el riesgo de estar vivos y expresar lo que realmente somos. Hemos aprendido a vivir intentando satisfacer la exigencias de otras personas, por miedo a no ser aceptados y de no ser suficientemente buenos. Durante el proceso de domesticación nos formamos una imagen mental de la perfección con el fin de tratar de ser lo suficientemente buenos. Es la imagen de cómo deberíamos ser para que los demás nos aceptaran.

Y esa imagen de perfección es la razón por la cual nos rechazamos; es el motivo por el cual no nos aceptamos tal como somos y no aceptamos a los demás tal como son. Esa imagen de perfección está hecha con miles de acuerdos, en los que te dices quién eres, qué sientes, qué crees y cómo debes comportarte.

Hay acuerdos que se basan en el miedo que requieren un gran gasto de energía. Y otros que surgen del amor que nos ayudan a mantener e incluso aumentar nuestra energía. Si quieres vivir con alegría y satisfacción, te ayudará tener la valentía necesaria para romper los acuerdos que se basan en el miedo y reclamar tu poder personal.

 

 

Si empiezas rediseñando tu sistema de creencias mediante la adopción de los cuatro acuerdos que propone Miguel Ruiz recuperarás el poder personal para empezar a cambiar todo tu sistema antiguo de acuerdos negativos.

Vas a necesitar una gran fuerza de voluntad para adoptar los cuatro acuerdos, pero si eres capaz de empezar a vivir con ellos, tu vida se transformará de modo asombroso. Estos cuatro acuerdos son:

  1. Sé impecable con tus palabras. Es el más importante de los cuatro. Parece sencillo pero es muy poderoso. Las palabras constituyen el poder que tenemos para crear y re-crear (volver a crear) nuestro mundo.
  2. No te tomes nada personalmente. Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes como algo personal. Es el acuerdo que más dicen incumplir mis clientes.
  3. No hagas suposiciones. Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto. Si los demás nos dicen algo, hacemos suposiciones, y si no nos dicen nada, también las hacemos para satisfacer nuestras necesidades de saber.
  4. Haz siempre lo máximo que puedas. Ni más ni menos. Unas veces lo máximo que puedas será mucho, tendrá gran calidad, y en otras será poco, insuficiente o con escasa calidad. Si te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti; si haces menos de lo que puedes caerás en juicios, culpas y reproches a ti mismo.

 

Se trata de un libro muy breve que puede leerse en un vuelo de media distancia o incluso en un trayecto de AVE. Si no lo has leído es una lectura importante y urgente a realizar. Si ya lo has leído, tienes una re-lectura pendiente. Te aseguro que le sacarás un gran provecho de nuevo.

 

   PIDE UNA SESIÓN GRATIS si quieres dar un paso al siguiente nivel.

 

 

 

¿Víctima o Responsable? El líder es siempre responsable

Si prestas atención a lo que tus colegas dicen cuando llegan tarde a una reunión, podrás percibir cómo muchos eligen ‘tirar balones fuera’. Y no es que sus motivos no sean razonables (mucho tráfico, algo urgente que solucionar, reunión anterior más larga…) sino que detrás de todos esos motivos siempre hay una decisión personal que provoca ese atraso.

Y esta es una de las grandes decisiones personales, que debes tomar varias veces cada día, que determinan si eres un buen líder o no. O eliges ser víctima de las circunstancias o eliges ser responsable en todo lo que te ocurre.

Elegir ser víctima es elegir la inocencia, y por tanto la ausencia de culpa o responsabilidad frente a algo. Aunque también es elegir la pasividad, la carencia de poder frente a las circunstancias. Es tentador presentarse ante los demás como alguien inocente, aunque inadvertidamente vamos perdiendo poder frente a los demás y frente a la vida; nos convertimos en personas pasivas, incluso resentidas, que no inspiran ni mueven a nadie.

Elegir ser responsable es asumir toda nuestra existencia, hacernos cargo de todo lo que nos ocurre. Es la posición que nos da poder frente a la vida y los demás. ¿Por qué nos cuesta tanto asumirla? Porque culturalmente está profundamente asociada a ‘culpa’ y desde niños aprendemos a evitar tanto la culpa como la responsabilidad. Cuando mis nietos Elena y Marc  rompian algo (de más pequeños) decian ‘se ha roto’, como si las cosas tuvieran la capacidad de autodestruirse.

También ser responsable tradicionalmente implica causalidad: si soy responsable de algo es que lo he causado; cuando hacerme responsable de algo no significa que lo haya causado sino que es algo que me afecta y que por tanto me hago cargo de ello.

Los adultos también se ponen como víctimas constantemente. En el trabajo cuando el director comercial recibe una queja de un cliente puede culpar a logística. Y puede que sea cierto, pero no lo es menos que frente al cliente él es responsable de todo lo que haga su empresa. Y hasta puede que sea cierto que desde el departamento comercial nunca consultaron a logística si la fecha de entrega acordada con el cliente era viable.

Desafortunadamente son muchos los que prefieren victimizarse y enfocar su atención en aquello que está fuera de su control. Siempre que algo malo les ocurre o tienen a alguien a quien culpar o es cosa de un destino terrible. Es el escudo que preserva su inocencia. Pero el precio de la inocencia es, como apuntaba arriba, la impotencia y la pasividad. Como no se ven como parte del problema, tampoco suelen verse como parte de la solución.

Un líder asume siempre la responsabilidad de lo que le afecta. A diferencia de la víctima, el líder se ve como parte de un sistema en el que se ha generado un resultado indeseado. No podemos elegir lo que nos ocurre en la vida, pero sí tenemos el poder incondicional de elegir siempre nuestra actitud ante ello y nuestro comportamiento.

Un líder rechaza la causalidad en la asunción de responsabilidad. Por el contrario, interpreta esta como la capacidad para responder ante cualquier situación, asumiendo que los factores fuera de control, son desafíos que nos interpelan.

Dejar la víctima para asumir nuestro liderazgo incondicional implica un cambio de conciencia en el que renunciamos a ‘tener razón’ y a nuestro orgullo, a que siempre se nos trate con ‘justicia’ y a que sean otros los que se ocupen de resolver nuestros problemas.

Solo cuando nos convertimos en protagonistas de todo lo que nos ocurre en nuestras vidas, en nuestro trabajo, y asumimos la responsabilidad incondicional de gestionar lo que no nos gusta podemos empezar a desplegar todo nuestro liderazgo ¿Te animas con el desafío?

autoliderazgo

   PIDE UNA SESIÓN GRATIS si quieres dar un paso al siguiente nivel.